Los Castillos de Pincheira es una reserva provincial que cuenta con 650 hectáreas y se encuentra a unos 27 km al oeste de la ciudad de Malargue, se accede siguiendo la calle Fortín Malargue.

El camino es todo de ripio pero en buen estado y es ideal para realizarlo en MTB ya que el paisaje del lugar se disfruta al máximo. Los últimos 7km se circula junto al rio Malargue hasta llegar al camping. En este lugar hay sombra y todas las comodidades, para pasar el día, o para acampar si se quiere hacer otros recorridos.

Las bicicletas se pueden dejar en el camping y continuar el recorrido hasta los castillos realizando un trekking por un sendero que comienza cruzando el rio Malargue por un puente colgante, el resto del sendero es fácil de recorrerlo con 2km aproximadamente.

Hacia un costado se puede encontrar una huella para llegar a la cumbre de los Castillos, pero este trayecto es un poco más complejo debido a la gran cantidad de piedras sueltas, pero vale la pena intentarlo ya que la vista desde arriba es muy buena.

La altura de la saliente más alta es de unos 70 mts. Es una formación sedimentaria

que ha sido tallada por la erosión del agua y el viento.

HISTORIA

Se cuenta que el bandido y caudillo José Antonio Pincheira y su hermano, tras la independencia de Argentina y Chile, asolaron los poblados a ambos lados de la cordillera durante muchos años, principalmente con el robo de ganado y encontraban refugio en estos Castillos que le permitían divisar desde lejos a sus perseguidores.

Se los hace responsables de la matanza de blancos llamada "La tragedia de Chancay el 11 de junio de 1830".

Eran de origen chileno pero tuvieron que huir acusados de varios delitos. Sus primeras acciones fueron tratar de recuperar para España los territorios perdidos, y llegaron a tener un propio ejército que sobrepasaba los 500 hombres a caballo, entre ellos había españoles, nativos y hasta caciques Pehuenches.

Con el tiempo sus acciones se transformaron en actos de simple bandolerismo, pero entre los pobladores locales era muy admirado debido a que repartía sus botines entre los más pobres como una suerte de Robin Hood. Hasta que José Antonio Pincheira se entregó por su propia voluntad al gobierno chileno seguro de que sería indultado a cambio de una parte de su botín.